Volcamientos cloacales en el Río del Medio, con impacto en Los Molinos
Se suman reclamos por desbordes de la planta cloacal de La Cumbrecita, que afectan al río. El lago suma deterioros. En la comuna admiten la necesidad de mejoras, pero niegan que estén contaminando.
De golpe, la imagen de aldea ecosustentable que hace años alimenta La Cumbrecita quedó salpicada por una polémica ambiental: el supuesto mal funcionamiento de su planta cloacal, que tendría impacto sobre el Río del Medio, que desemboca en el lago Los Molinos.
El jefe comunal, Daniel López, aseguró que la planta está en un proceso de mejora y que se planifica relocalizarla para alejarla del actual sitio, a sólo 100 metros del centro urbano. Destacó que para esta temporada se hicieron refuerzos en el sistema y que los monitoreos son constantes.
La problemática, en realidad, tiene algunos años en el pueblo, el único del Valle de Calamuchita que cuenta con redes en casi todo su ejido. López negó que estén contaminando el río, pero hay vecinos que denuncian lo contrario, según reveló esta semana El show del Lagarto, por El Doce.
Algunos turistas que llegan a La Cumbrecita lo han advertido por los olores y por el color del agua en algunos sectores. La planta cloacal está aguas abajo del pueblo y los vecinos de dos barrios son los que se ven más afectados. Pero las quejas vienen también de parajes más alejados sobre el mismo río.
“Esto no es nuevo, lo planteamos hace cuatro años”, apuntó un integrante del grupo Espacio Vecinal Apartidario, con 138 participantes en WhatsApp. Contó que formaron comisiones de trabajo y que el estado del río es uno de los ejes.
“Hicimos un proyecto que proponía mejorar la planta para la población estable de 1.300 habitantes, pero restaba buscar soluciones adicionales para los momentos de aluviones turísticos”, agregó el vecino, que pidió reserva de su identidad por “temor a represalias”.
El crecimiento de la afluencia turística, luego de la llegada del asfalto, provocó que el sistema colapsara.
“Hay días en que el agua sale al río casi como entra, con poco tratamiento de purificación. Además, se van depositando lodos, que constituyen el mayor problema por ser contaminantes: cuando la planta se satura, deberían ser retirados con un camión cisterna, pero la sospecha es que los largan de esa forma al río”, comentó el vecino.
Los primeros días de febrero, unos cinco kilómetros aguas abajo, desde ese grupo de vecinos documentaron lo que sería el vertido de fangos. Para los vecinos, dejó en evidencia la ineficacia de una empresa contratada por la comuna para resolver los problemas. Según aseguraron, la Policía Ambiental de la Provincia inició un expediente en 2018 y anexó otra presentación en 2019.
En una recorrida, La Voz observó que dos caños, entre la vegetación, expelan agua de la planta a un arroyo que luego va a parar al Río del Medio, que poco antes atraviesa el centro de la localidad.
Desde la comuna
El jefe comunal niega que la localidad contamine el río y se dice extrañado por la exposición mediática del tema. “Se olvidan de todas las otras localidades, viviendas y emprendimientos inmobiliarios que arrojan sus residuos sin tratar sobre ríos y lagos”, respondió.
López aseguró que la planta cubre el 98 por ciento de la localidad y que en otros sectores “hay digestores”.
Sostuvo que en 2010 advirtió que deberían amplificarse los distintos servicios ante el crecimiento del pueblo y de su actividad turística. El año pasado comenzó a gestionar recursos ante la Provincia para ejecutar una nueva planta.
En lo inmediato, señaló que están realizando mejoras, para las que contrataron a la empresa Compañía General de Aguas. Sostuvo que una vez al mes realizan análisis en tres puntos: antes de llegar a La Cumbrecita, a metros del volcamiento y 800 metros río abajo. “El 98 por ciento de los análisis dieron bien”, aseveró.
“Por supuesto que hay variación en los estándares del río donde vuelca, pero siempre dentro de los valores que establece el decreto sobre vertidos en recursos hídricos provinciales”, subrayó.
“El sistema funciona bien con estabilidad de caudal, pero los picos de turismo nos complican la vida”, apuntó López.
Al presumir que este podría ser un verano complicado, dijo que iniciaron mejoras sumando 10 miniplantas adicionales y una cámara de cloro. Ahora, adelantó que encararán la segunda etapa, con 10 unidades más.
Sobre los olores que suelen sentirse en cercanías de la planta, interpretó que son ocasionales y cuestionó que las fotos que se exhibieron “son del año pasado”.
Desde la Provincia
Voceros del Gobierno de Córdoba aseguraron a este medio que la Policía Ambiental no recibió denuncias por contaminación en el Río del Medio, al menos recientes. Se apuntó que, tras conocerse algunos reclamos sobre La Cumbrecita, en los últimos días se hicieron inspecciones con tomas de muestras, cuyos resultados “están aún en laboratorio”. Según se anticipó, en principio no se habrían observado alteraciones notorias. “Si hay alguna contaminación, faltará determinar su procedencia”, se detalló.
“La Policía Ambiental está llevando un estudio sobre toda la cuenca, incluyendo emprendimientos privados, en colaboración con la Administración Provincial de Recursos Hídricos (Aprhi)”, se informó desde la Secretaría de Ambiente, sin dar más detalles.
Un tema regional
Julia Lund Petersen, secretaria del Foro de los Ríos, entidad que nuclea a comunas e instituciones del norte de Calamuchita, indicó que convocarán a “una reunión conjunta de gobiernos locales para tratar este tema y otros que atañen a la salud de los ríos y del lago Los Molinos”. Señaló que “el crecimiento demográfico sin una correcta planificación amenaza el equilibrio del ecosistema”.
Aníbal Carlini, presidente de la asociación civil Aiba Cuatro Pueblos (Atos Pampa, Intiyaco, Villa Berna y Villa Alpina), afirmó: “Expresamos nuestra preocupación y solicitamos una investigación en toda la región”.
El lago sufre con las algas y con los efluentes
Los ríos del Medio, Los Espinillos y Los Reartes son los principales afluentes del dique Los Molinos.
En 2017, tras una muy aguda proliferación de algas que generó inquietud en ese embalse, desde el Gobierno provincial se anunció un plan de construcción de plantas cloacales en localidades costeras del lago, que en los últimos años han registrado un notable crecimiento inmobiliario. Ninguna tiene sistemas de tratamiento. Con ese fin, se creó una “mesa” que reunía a entes provinciales, comunales e instituciones de esa zona. Pero desde entonces no se avanzó en ninguna obra de saneamiento.
Lo que se acentuó fueron los monitoreos del agua que realiza un equipo conjunto integrado por Recursos Hídricos de la Provincia, la empresa Aguas Cordobesas e investigadores de la UNC.
Durante aquella crisis aguda de 2017, el Foro Ambiental Córdoba reclamó a la Provincia algunas medidas. Entre ellas, un plan para dotar de cloacas a las poblaciones ubicadas sobre las costas de Los Molinos y que además “se suspenda toda autorización de nuevos loteos en la cuenca hasta contar con una evaluación ambiental estratégica”. La ONG advertía sobre el “notorio incremento de loteos y viviendas en el perilago en los últimos años”.
Federico Kopta, presidente del Foro, advirtió ahora que no hubo acciones en esos sentidos. Opinó que, en materia de falta de cloacas, el mayor impacto sobre el lago lo representarían las varias poblaciones pegadas a sus costas, pero dijo que también aportan las ubicadas sobre los ríos tributarios. “En el caso del Suquía, se demostró que el fósforo de los restos cloacales de Córdoba no se desvanece durante el recorrido del río”, dijo.
Fuente: La Voz del Interior
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Donde nace el agua, faltan cloacas
Una paradoja asoma entre los ríos serranos. La Cumbrecita es una de las pocas localidades con sistema cloacal en las Sierras y la única de Calamuchita que cubre la mayor parte de su radio urbano con redes. Por lo que se ve, con deficiencias. La mayoría de las demás no tienen ni un metro de cloacas, o sumaron redes que ni rozan la mitad de sus radios urbanos.
Las Sierras casi no tienen cloacas y esa realidad representa una deuda ambiental y sanitaria para Córdoba. Donde nace y se embalsa el agua que Córdoba necesita, no hay tratamiento cloacal.
El Valle de Punilla, por ser el más poblado, es también el más impactado. En la cuenca del dique San Roque, por ejemplo, sólo el 21 por ciento de sus vecinos cuenta con sistema cloacal. Allí, Carlos Paz –la cuarta ciudad cordobesa en tamaño– tiene planta de tratamiento, pero sólo está conectado el 30 por ciento de sus frentistas. Así está el San Roque, pudriéndose con desechos no tratados que engordan sus algas.
Todos los investigadores advierten que Los Molinos es el embalse que le sigue en deterioro ambiental. En su entorno, crecen poblaciones que cuentan con cero tratamientos cloacales.
Asombran esas realidades, no sólo por la desprotección de un recurso clave y por los riesgos sanitarios que implica. También –debiera advertirse– porque ya no hay modo de imaginar el turismo que viene sin sustentabilidad ambiental. No habrá puentes, hoteles ni bonitas campañas que alcancen si el visitante se encuentra con ríos y con lagos contaminados.
La paradoja de La Cumbrecita es que, teniendo planta cloacal, puede contaminar hasta más que tantas localidades que carecen de ella. Si las plantas no funcionan, o se desbordan, terminan siendo un sitio de concentración de desechos que agudizan, en ese punto, el impacto sobre el río al que desagotan.
De eso saben, por ejemplo, en las dos mayores ciudades cordobesas –la Capital y Río Cuarto–, que llevan años con plantas desbordadas e insuficientes, que se transformaron en un efluente de impacto mayor que la suma de los pozos ciegos que buscaban evitar.
Fuente: La Voz del Interior