Bajo Grande si contamina la laguna Mar Chiquita

Publicado: 12 de noviembre de 2019

Bajo Grande: dicen que contaminación llega a la laguna Mar Chiquita

El Foro Ambiental Córdoba presentó un nuevo informe que señala que hay altos niveles de fósforo en la laguna. Esa situación sería producto del tratamiento deficiente de los líquidos cloacales de la Capital.
Un nuevo escrito presentado por el Foro Ambiental Córdoba a la Justicia Federal señala que el incremento de la presencia de fósforo en la laguna Mar Chiquita en los últimos años coincide con el aumento de esa sustancia que aporta el río Suquía. Para la querella esto es producto del mal tratamiento que realiza la Estación Depuradora de Aguas Residuales (Edar) de Bajo Grande.
El informe ambiental, realizado por los profesionales del Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (Cicterra), se suma a otros que ya tiene en su poder la fiscal federal Graciela López de Filoñuk desde que se inició la demanda en 2017. La Justicia Federal aún tiene que determinar si la causa es de su competencia o si debe derivarla a los tribunales provinciales. La decisión está atada a si se considera que la contaminación sobre el espejo de agua es una cuestión interjurisdiccional ya que la laguna es compartida con Santiago del Estero, o si solamente afecta a la provincia de Córdoba.
En el texto judicial, presentado miércoles pasado en el edificio del parque Sarmiento, el Foro Ambiental señala que la contaminación con fósforo afecta a toda la cuenca de la laguna y que por lo tanto “corresponde que la causa prosiga su curso de investigación en la Justicia Federal”.
Asegura que en los últimos 13 años la concentración de fósforo en el agua aumentó tanto en la Laguna del Plata –el primer sitio donde desagua el Suquía– como en la laguna Mar Chiquita. De 2006 a 2019 los niveles crecieron un 167 por ciento en el estuario de agua dulce y se incrementaron un 285 por ciento en el Mar de Ansenuza.
De acuerdo con el informe ambiental se estudiaron sedimentos de la Laguna del Plata que corresponden a un periodo de 70 años comprendidos entre 1948 y 2017. La concentración más alta de fósforo correspondió a los últimos cuatro años (2014-2017). El aumento de fósforo total registrado en los sedimentos más recientes (2012-2017) sería consecuencia de un mayor aporte de fósforo total por parte del río Suquía.

Distribución
“Los contaminantes traídos por el río Suquía se distribuyen en toda la laguna, superando los límites de la provincia de Córdoba y llegando a la jurisdicción de Santiago del Estero”, reza el texto de siete páginas de la querella elaborado en base al análisis realizado por los profesionales del Conicet.
El escrito señala que la afectación de la Laguna del Plata y la desembocadura del río Suquía pertenecen al ecosistema de la laguna Mar Chiquita, y que la contaminación que hasta allí llega se distribuye, a través de los vientos, por el espejo de agua que comparten Córdoba y Santiago del Estero.
“La circulación de las masas de agua desde la costa sudoeste –donde se ubica la Laguna del Plata– hacia el noreste, es propiciada por la acción del viento sur. La circulación de las masas de agua en toda la laguna Mar Chiquita, ocasionada por vientos intensos tiende a mezclar la columna de agua”, explica.
En octubre pasado un estudio encargado por la Fiscalía al Centro de Química Aplicada (Cequimap) de la Universidad Nacional de Córdoba determinó, además de los niveles de fósforo, la presencia de bacterias coliformes totales y fecales en la unión entre ambas lagunas, pero no dos kilómetros adentro del Mar de Ansenuza.
“Existe una vinculación hidráulica entre la Laguna del Plata y la laguna Mar Chiquita, la cual produce un transporte de sedimentos y nutrientes desde el río Suquía a la laguna Mar Chiquita”, señala este nuevo estudio para destacar que se trata del mismo ecosistema.
Desde el Foro Ambiental Córdoba reiteraron que “hay una probada relación causal directa penalmente imputable entre el aporte de fósforo por el mal funcionamiento de Bajo Grande y el incremento de la concentración de esa sustancia en la laguna Mar Chiquita y la Laguna del Plata”.

Fósforo
De acuerdo con el informe ambiental del Cicterra hay un pronunciado aumento de fósforo entre los años 2006 y 2019 tanto en la Laguna del Plata como en la laguna Mar Chiquita. El fósforo total en la columna de agua fue más elevado en un 167 por ciento en la Laguna del Plata y en un 285 por ciento en la laguna Mar Chiquita en septiembre de 2019 en comparación a septiembre de 2006.
“Considerando que los niveles del sistema de la laguna Mar Chiquita para 2006 y 2019 son comparables, se descarta un efecto de dilución y se considera que el aumento del aporte de fósforo por parte del río Suquía sería un factor importante en el aumento de fósforo total en los sitios de muestreo de las lagunas del Plata y Mar Chiquita”, explica el texto.
El informe señala que el río, su desembocadura y la laguna presentan una situación eutrófica –exceso de nutrientes– por la presencia de fósforo en el agua que produce un aumento de biomasa y afecta la fauna. Es lo mismo que le ocurre al lago San Roque.
A su vez sostiene que esta condición “es responsable de la proliferación de cianobacterias, las cuales pueden producir toxinas hepatotóxicas y neurotóxicas, y aportan una coloración verdosa al agua y mal olor cuando las cianobacterias agotan los nutrientes y mueren, produciendo su descomposición y condiciones de anoxia, lo que puede derivar en la mortandad de peces”.

Fuente: La Voz del Interior

El río Suquía versus el Riachuelo

En 2013, la cuenca del río La Matanza-Riachuelo figuró entre los 10 sitios más contaminados del mundo junto con Chernobyl, entre otros lugares de países menos desarrollados.
El Riachuelo es un ícono de la polución y de la negligencia estatal para tratar de sanearlo. Todos recordamos la promesa de limpiarlo en mil días por parte de María Julia Alsogaray, secretaria de Ambiente durante la presidencia de Carlos Menem.
Desde aquella década de 1990 a la actualidad, el Estado ha hecho poco y nada por limpiar este pequeño hilo de agua oscuro y denso que llega hasta la misma ciudad de Buenos Aires. En 2006 se creó la Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar), con millonarios recursos pero escasos resultados.
El río Suquía, desde el dique San Roque hasta su desembocadura en Mar Chiquita, tiene indicadores similares o peores al río porteño.
Por ejemplo, el nivel de fósforo detectado por el reciente estudio del Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (Cicterra) fue de 6,5 miligramos por litro (mg/l) a la salida de Bajo Grande y de 1,5 en la desembocadura de la laguna. En 2018, se detectaron 0,9 mg/l de fósforo en el Riachuelo a la altura de Nueva Pompeya, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En ese mismo sitio, los coliformes fecales fueron de 310 mil unidades formadoras de colonias por litro (UFC/l). En el río cordobés, se han detectado 93 UFC/l en la desembocadura, pero 9,3 millones en la salida de Bajo Grande, una planta de tratamiento cloacales que por momentos concentra la contaminación en lugar de mitigarla.
El plomo medido en el Riachuelo es de 23 parte por billón (ppb) en una cuenca que años atrás tenía 20 mil industrias en su ribera. En el Suquía se han registrado 8 ppb en algunos sectores, sin tener una densidad industrial tan marcada como la de Buenos Aires.
La intención no es generar una competencia entre porteños y cordobeses, sino despertar la alarma sobre el estado del río Suquía. Parece un conflicto ambiental provincial, pero debería ser nacional. Dos argumentos: el lago San Roque es parte del paisaje de miles de argentinos que veranean en las sierras todos los años, y la laguna Mar Chiquita va camino a ser un parque nacional. Claro que sus aguas no surcan por las entrañas de la Capital nacional, el centro de poder de Argentina.
Sin embargo, lo deseable a esta altura sería que municipios, provincias y Nación crearan un organismo de monitoreo de su cuenca y de Mar Chiquita, para determinar medidas de mitigación. Un organismo similar al Acumar, pero más eficiente.

Fuente: La Voz del Interior